La Madre De Las Cosechas
Hace mucho, pero mucho tiempo, cuando aún no habías nacido tú, ni tus padres, ni tus abuelos, cuando aún no habían casas ni calles, ni habían televisores ni radios, cuando aún no habían libros y los únicos cuentos que existían eran los que se escuchaban contar por los abuelos y las abuelas alrededor del fuego, hace mucho tiempo, cuando las personas todavía salían a cazar y a recolectar frutas silvestres para poder comer, pues aún no sabían cómo cultivar la tierra sembrando semillas, en ese tiempo tan lejano, casi al comienzo de los tiempos, había una niña llamada Pacha. Pacha era una niña muy particular, pues no le gustaba hacer lo que hacían las demás personas. No le gustaba ir de cacería, ni tampoco le gustaba andar por el bosque recolectando frutas silvestres. En cambio, a Pacha le gustaba hacer cosas que a nadie más le interesaba. A Pacha le encantaba jugar en la tierra, enterrando cositas y recordando dónde las había escondido para volver a desenterrarlas. Este era su propio juego. Era un juego de memoria que sólo ella entendía, y con el que ella solita se entretenía.